– Este legendario pueblo de vocación minera es uno de los sitios más visitados por el turismo de la región centro de México.
Uno de los lugares más impresionantes con los que San Luis Potosí cuenta para ofrecer la mejor experiencia en turismo de aventura es sin duda el Pueblo Mágico de Real de Catorce, en la región Altiplano: polo turístico más importante del centro de México.
La Secretaría de Turismo (Sectur) resalta que Real de Catorce ha sido locación de importantes producciones cinematográficas de Hollywood y fue un próspero núcleo colonial de la minería de plata, y de ello quedan vestigios en su arquitectura que lo hacen tan pintoresco como legendario para sus visitantes, “por esto, es uno de los lugares favoritos del turismo nacional e internacional”.
Actualmente, este esplendoroso lugar cuenta con 35 hoteles con diversos conceptos que en total suman 409 habitaciones de categoría turística, lo que lo alude a que el 86.3 por ciento de su economía depende de esta actividad convirtiéndolo en la carta fuerte del San Luis surrealista en México durante la venidera Semana Santa.
Recorrer su desierto a bordo de un “Willy” todo terreno o montar a caballo hasta las ruinas de las Minas de “Concepción” y del “Compromiso”, son dos de las imperdibles experiencias para las y los visitantes.
Otros de sus principales atractivos son la Plaza Hidalgo, “La Casa de Moneda”, El Museo Minero, el Kiosco de Hierro Labrado, “El Palenque” y el enigmático “Cerro del Quemado”.
Real de Catorce se ubica a tres horas y media de la capital potosina y a una distancia de 223 kilómetros, un destino que destaca por su legado minero que incluso para ingresar hay que conducirse por el túnel de Ogarrio, principal acceso a la localidad y cuya travesía es ya una experiencia inigualable.
Para llegar, se arriba al municipio de Matehuala (donde también se pueden alojar quienes deseen visitar Real de Catorce), después se toma el tramo de la carretera 62 con dirección a “San Tiburcio”, 11 kilómetros, luego se conduce por la desviación hacia la izquierda donde un camino empedrado de 31 km conduce al “Túnel de Ogarrio”, un pasaje de dos mil 300 metros de longitud que atraviesa la montaña y que da paso a esta localidad que pareciera de otra época.