Teófilo Torres Corzo, volvió a abrir las puertas de Palacio de Gobierno (Crónica)
– El ex gobernador volvió a ser el factor de unidad y reunió a todos, sin distingo de colores o ideologías, para su despedida.
Paco Ramírez/SLAT
Eran las 9:05 de la fría mañana del 17 de octubre, cuando la carroza llegó frente a la puerta principal de Palacio de Gobierno, que se abrió de par en par, para que por ella entrara Teófilo Torres Corzo; como lo hiciera también en aquella mañana del 9 de octubre de 1992, cuando como gobernador interino arribó a ese Palacio, en medio de una plaza encrespada, pero decidido a darle a San Luis Potosí, la estabilidad y la gobernabilidad que en ese momento no tenía.
De la blanca carroza bajaron el féretro de madera, elegante y sobrio, muy a su estilo. Y lo llevaron hasta el patio central del Palacio de Gobierno en donde lo esperaban su familia, sus amigos, el gobernador, el alcalde, funcionarios, políticos, trabajadores de sus empresas, para un homenaje de despedida al padre, al hermano, al abuelo, al tío, al consejero, al patrón, al amigo.
Una foto gigante con su clásica sonrisa, enmarcada en un fondo negro, flanqueado por las banderas de México y San Luis Potosí, mientras un ensamble de cuerdas hacía entre triste y emotivo el momento, fueron el escenario para que a sus costados se reunieran en guardias de honor, sus hijas, el gobernador y su esposa, el alcalde y su esposa; después, integrantes del Poder Judicial, diputados actuales y ex diputados, funcionarios, empresarios, quizá solo faltó la guardia de sus “amigos de la prensa”, que estuvieron ahí, cubriendo la nota, pero también siendo partícipes de su despedida.
Y es que hasta en su funeral, Teófilo Torres Corzo fue factor de unidad y reunió a todos para despedirlo, así como en el ’92 logró reunir voluntades para, en siete meses, lograr lo que muchos no lograron en sexenios completos y darle a San Luis Potosí el andamiaje jurídico e institucional, de una entidad que después de su gobierno, ha podido transitar con gobernabilidad por la alternancia de gobiernos priístas, panistas y ecologistas.
En un breve mensaje, su hija Carmenchu, lo describió como “un hombre que privilegió el diálogo, los acuerdos. Un hombre de estado […] Un hombre de palabra, lealtades y compromisos”. Agregó que para él la amistad tenía un alto valor y por eso a lo largo de su vida, sembró amistades en todos los espacios en donde tuvo acceso y participó.
Luego, el gobernador Ricardo Gallardo, revelo como anécdota, que fue Teófilo Torres Corzo con el primero que se reunió, tras recibir la constancia de mayoría que lo acreditaba como gobernador electo, para enseguida señalar que se estaba honrando “al hombre de notable figura, que ha trascendido, pero que su memoria permanecerá en el ámbito político, económico, cultural y periodístico de San Luis Potosí”.
Entonces vino un largo y sentido minuto de aplausos para despedirlo, aplausos que le brindaron su familia, políticos, empresarios, trabajadores, compañeros, periodistas, todos reunidos, porque eso solo lo podía lograr quien siempre buscó el diálogo y la unidad para que a San Luis Potosí, le fuera bien.
Eran las 9:42 de la mañana ya con los rayos de sol asomándose entre las nubes, cuando Teófilo Torres Corzo abandonó el Palacio de gobierno, ese que solo ocupó siete meses, pero en el que dejó huella e influencia, por largos 31 años.
Descanse en paz, Teófilo Torres Corzo.
